Nos gustaría decir que nuestra ventana a la ciudad tiene algo especial, pero no es así. Desde nuestra ventana se pueden ver y oir las mismas cosas que desde muchas otras.
Cinco veces al día, soportamos la llamada a la oración. Dicen que Estambul es la ciudad de las mil mezquitas, pero seguro que hay más. Aquí es imposible no vivir al lado de una, y esto tiene implicaciones muy serias. La primera y más importante, seguro que alguno de los "Allahu akbar" te despierta. La segunda, cantan muy mal. Pero que muy mal. Creo que hasta yo podría hacerlo mejor.
Nuestra mezquita |
Aunque no son los únicos sonidos. El butanero (y digo "el" porque siempre es un hombre) se pasea con una camionetilla que avisa de su paso con una melodía que me recuerda a la nana "duérmete niñx, duérmete ya...". Da un poco de miedo, sobre todo porque la primera vez crees que es el carrito del helado o algo así.
Luego hay una cosa que me trae de cabeza. Todas las mañanas, a partir de las 9h, un hombre se dedica a gritar algo que no entiendo, cada minuto, hasta la tarde. Me asomo por las ventanas pero nada, no veo a nadie. Puede que sea un loco que quiere que nos volvamos todxs locxs....
También se oyen las bocinas de los barcos que cruzan el estrecho, los taxis pitando a clientes potenciales, las voces de la vecina del primero y la guitarra del cansino del segundo.
Santa Sofía y la Mezquita Azul |
En cuanto a lo que se ve... una mezquita, por supuesto, y más de una. Pero también el estrecho, la torre Gálata, las palomas y las gaviotas, Asia, la mezquita de Suleyman, la de Sultanahmet y Santa Sofía. Y las casas viejas con las fachadas pintadas de distintos colores, y las cuestas de Estambul...
La torre Gálata |
Si el "yo" del segundo párrafo es Álvaro dudo mucho que lo hiciera mejor.
ResponderEliminarJajaja, de verdad lo haría mejor, aquí parece que están matando a un gato. Cuéntate algo de qué es de tu vida, o hazte un blog.
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