Mamá, estamos bien: Spring break

Suponemos que algunxs de nuestrxs más fieles lectorxs habrán notado un ligero parón en el blog últimamente, pero es que Álvaro ha tenido vacaciones y nos hemos ido casi veinte días de viaje por el gran sur turco.

Volamos el día 20 de abril a Diyarbakır con Pegasus Airlines, la compañía de bajo coste turca, por menos de 50€, y volvimos el 7 de mayo desde Dalaman, por unos treinta euritos. In between, más de 1500km de aventuras, encuentros y risas, muchas risas.

La primera semana la pasamos en la zona kurda de Turquía, plagada de peligros según nuestras amistades turkas, pero muy tranquila y agradable en realidad.

Los kurdos son una minoría étnica presente en Irán, Irak, Siria y Turquía, que ha sido muy maltratada por los distintos gobiernos de estos países. En Tánger hace unos meses tuvimos la oportunidad de ver una película kurda iraquí que versaba sobre la tragedia de este pueblo durante la Primera Guerra del Golfo (Whisper with the wind, de Shahram Alidi). Esto nos introdujo un poco en la problemática kurda antes de llegar a Turquía, donde el problema kurdo es de primer orden.

Fotograma de la película Whisper with the wind.

Desde los últimos sultanes otomanos se ha intentado asimilar en el territorio a las poblaciones kurdas sin éxito. Los kurdos hablan una lengua muy diferente del turko, que ha sido prohibida antes hace muy poco. Además, un buen número de kurdos aspira a la independencia y a la creación de un Estado nacional kurdo. Desde que en Iraq los kurdos disponen de una provincia autónoma con un gran margen de decisión, parecen haber aumentado las aspiraciones nacionalistas de los kurdos de Turquía.

Actualmente, existe un partido kurdo cuyas siglas son BDP que participa en el juego político turco representando a estas personas. Por otro lado está el PKK, grupo armado que ha atentado con cierta regularidad en los últimos tiempos en Turquía y que ha librado una guerra encubierta con el gobierno turco (responsable de la muerte de civiles en esta zona del país).

Trajes típicos de esta zona de Turquía.

Pero volviendo a nuestras vacaciones, Diyarbakır es una de las capitales de la resistencia kurda, y allí poco nos sirvió el turco de Andrea, del que los locales no querían oír ni hablar. Pero una vez comprendimos esto, la estancia, de un día, nos agradó mucho.

Mezquita con el minarete separado.

Con un calor asfixiante salimos a pasear, visitando los históricos caravan-serrallos de la ciudad, las mezquitas con minaretes "détachés" y las iglesias armenias y caldeas. Pero lo más impresionante es sin duda la monumental muralla que corre paralela al valle del Tigris, en la histórica cuenca mesopotámica.

El Tigris visto desde la muralla de la ciudad.

Allí fue donde, además, conocimos a Matthias, que sería nuestro compañero de viaje durante los siguientes cuatro días. Matthias, alemán, residente en Munich, gusta de viajar solo; ¡y ha viajado muchísimo! Su conversación fue entretenida y muy interesante, y nuestro viaje, ¡mucho más rico!