Construido a mediados del siglo XIX, cuando los sultanes otomanos se cansaron de Topkapı, el palacio de Dolmabahçe es uno de los lugares más visitados de Estambul. Las colas para la taquilla son épicas.
La puerta infranqueable, o casi. |
La entrada para estudiantes tiene un muy buen precio (5TL), mientras que para el resto de los mortales cuesta la friolera de 30TL. Sin embargo, creemos que merece la pena. Los horarios de visita son restringidos, y no abre todos los días de la semana, por lo que es difícil entrar sin esperar antes una buena hora.
De cola en cola en Dolmabahçe. |
Dolmabahçe fue el primer palacio de estilo europeo en la ciudad, y decidieron hacerlo a lo grande, a pesar de que finalmente sólo cuatro sultanes lo disfrutaran.
Una vez franqueada la puerta, que se puede admirar durante un largo rato mientras se espera para comprar la entrada, con la torre del reloj recordándote a la espalda lo que llevas de pie, se accede a un maravilloso jardín. El emplazamiento del palacio, a orillas del Bósforo, transmite mucha serenidad, y las vistas son preciosas. Hay un par de cafeterías frente al estrecho en las que se puede tomar un té.
Álvaro con la familia de Andrea, de espaldas al estrecho. |
La visita consta de dos partes, la primera en la zona "administrativa" del palacio, y la segunda en el harem. La entrada combinada de 30TL permite el paso a ambas, pero si sólo queréis ver una de ellas (por 20TL) os recomendamos la primera.
Las dos visitas son guiadas, en grupos de 35 personas, alternando turco e inglés como el idioma en el que el/la guía da las explicaciones.
La primera parte, la "administrativa", es impresionante, destacando por su lujo tanto en el mobiliario como en los materiales. La joya del palacio en este área es una lámpara de cristal gris inglés de ocho toneladas. Además, la balaustrada de la escalera principal es también de cristal importado de Inglaterra, y las alfombras son enormes y parecen muy caras (como no podía ser de otra forma en Alfombristán).
Balaustrada de cristal. Dentro está prohibido hacer fotos, pero Xiquinho es un rebelde. |
De la segunda, podemos destacar la cama en la que murió Mustafa Kemal "Atatürk", primer presidente de la República de Turquía y padre de la nación, que se instaló allí en los últimos años de su vida.
Como ya hemos dicho, los jardines son muy agradables, a pesar de estar un poco descuidados.
Rosa del jardín. |
Una de las puertas del palacio, ahora cerrada. |
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