En Sri Lanka desayunan curry de pescado y se levantan sudadxs todas las mañanas. Hace mucho calor. Todo es selva, salvo las carreteras (que son pocas y muchas más bien parecen caminos que "autopistas", así las llaman, sí).
La comida pica, mucho, y está buenísima. Uno de los platos típicos es el pollo "endiablado" (devilled chicken), que nos encantó. Las raciones son más que abundantes: con un plato de arroz frito con verduras y pollo comíamos lxs dos (y ya sabéis que somos de buen comer).
La gente es amable, muy amable. Te miran fijamente, como en casi todos los países no occidentales, pero no te miran mal. Sólo te miran muy fijamente mientras te sonríen. Bastantes personas hablan inglés, aunque sea a un nivel muy básico.
Viajar por Sri Lanka es muy fácil, aunque no hay demasiadas opciones de alojamiento y comida.
Y luego están l@s mon@s. Están por todas partes y son muy chistosos. Eso si, de lejos. Cuando están cerca te roban la comida, o cualquier cosa que pillen.
Una vez vimos cómo le robaban a un tío la cazadora y el mono chorizo se la llevaba a lo más alto del árbol más alto. Solamente puedes sentarte y esperar a que el mono te la quiera devolver, o simplemente se aburra de ella. No nos quedamos a ver el desenlace, pero la cazadora se quedó probablemente en la copa del árbol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario