Uno de los tesoros mejor guardados de Estambul son sus iglesias ortodoxas.
Siendo la de Chora (Kariye) la más famosa y llamativa, se encuentran otras muchas destacables. A pesar de que por fuera son sólo ladrillos, en su interior albergan preciosos mosaicos y frescos de hace mucho, mucho tiempo.
La iglesia de Chora desde fuera. |
Pammakaristos, ahora la mezquita de Fethiye. |
Aunque Estambul, Constantinopla, fue antes cristiana que musulmana, la gente suele venir a esta ciudad buscando el exotismo oriental de las mezquitas, los hamams (baños turcos) y los harems. Es una pena como el pasado "reciente" ha desplazado de tal manera obras de arquitectura y arte tan impresionantes y que, nos guste o no, forman parte de nuestra cultura.
En nuestros viajes por Grecia y Turquía en bicicleta el verano pasado, y en Bulgaria hace unos meses, nos hemos ido familiarizando con el arte bizantino, con las manifestaciones artísticas ortodoxas. Como ya comentamos en otra entrada, la iglesia de Boyana, en Sofia, nos encantó. El verano pasado también nos gustó mucho Mystras (cerca de Esparta), y no podemos olvidar los frescos de las iglesias excavadas en las rocas de la Capadocia.
Las iglesias ortodoxas de Estambul, especialmente Chora y Pammakaristos (ahora la mezquita de Fethiye, de la victoria) nos parecen imprescindibles en una visita completa de la ciudad.
Cúpula de Chora. |
Detalle de un mosaico de Chora, con la escena de la conversión del agua en vino. |
Chora. |
La mami de Andrea en Pammakaristos. |
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