Aterrizamos en Calcuta a las once de la mañana, y tras hora y media en un taxi llegamos al hotel que habíamos reservado en Sudder Street.
Caos, contaminación y basura nos dan la bienvenida.
Pero lo primero es lo primero: comer. Para celebrar el fin del arroz frito y los noodles y el comienzo de un mundo nuevo de sabores nos fuimos al restaurante más caro de la guía (por una vez...). Valió la pena.
Con la panza llena fuimos dando un paseo hasta las oficinas del Sunderban Tiger Camp, donde nos vendieron sueños de tigres y tigresas.
Al atardecer cogimos un ferry para cruzar el Hooghly hasta Howra. Cuando quisimos volver a cruzar nos confundimos de barco y acabamos en uno de los crematorios de la ciudad. Interesante.
Vista del puente de Howra desde el embarcadero. |
Aunque estábamos lejísimos del hotel, volver en taxi nos costó un euro y medio.
A la mañana siguiente madrugamos y fuimos paseando al Victoria Memorial. Estaba de lleno de gente que no dejaba de mirarnos y hacernos fotos.
Andrea con unas mujeres que no dejaban de mirarnos en el Victoria Memorial. |
Andrea con el Victoria Memorial detrás. |
Como seguáimos muy content@s con el cambio culinario, lo celebramos en un restaurante bengalí. Estaba mejor de lo que parece.
Comida bengalí. |
A la vuelta de la reserva natural de los Sunderbans cogimos un tren a Gaya. Solamente llegó cinco horas tarde, tiempo que aprovechamos para hacer fotos entre ratas y perros sarnosos.
La estación de trenes de Calcuta. |
We landed in Kolkata at eleven in the morning, and after one and a half hours in a taxi we arrived to the hotel we had booked in Sudder Street.
Chaos, pollution and garbage welcomed us.
But first thing first: to eat. To celebrate the end of fried rice and noodles and the beginning of a new world full of flavours we went to the guidebook's most expensive restaurant (for once...). And it was worth it.
We a full stomach we went walking to the Sunderban Tiger Camp's office, where they sold us dreams of tigers.
At the sunset we took a ferry to cross the Hooghly to Howra. When we wanted to come back we went in the wrong one and we ended up in one of the cities cremation places. Interesting.
Despite being very far away from the hotel, going back with a taxi was only one and a half euros.
The next morning we woke up early and we walked to the Victoria Memorial. It was full of people that didn't stop staring and taking pictures of us.
Because we were still delighted with the culinary change, we celebrated in a Bengali restaurant. It was better than it appears.
When we came back from the Sunderbans natural reserve we took a train to Gaya. It was only five hour late, time enough to take pictures amidst rats and mangy dogs.
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