Salimos desde Chiang Mai en el tren nocturno y amanecimos en
Lop Buri con cuatro horas de retraso. No sabemos si siempre es así, pero
todavía no hemos cogido un tren que llegara en hora. No pasa nada, prisa mata
amig@.
Lop Buri es una pequeña ciudad, una ciudad sin ley. Sus dos
atracciones principales son los templos de estilo jemer y l@s mon@s.
Aquí l@s mon@s son l@s am@s de la ciudad, y los templos no son más que el decorado para sus travesuras.
Según salimos de la estación de tren vimos un grupo grande
de mon@s asaltando un coche de los que tienen la parte trasera descubierta
(ranchera/pick up). El o la despistad@ se dejó una caja de mangos a la vista, y
a nuestr@s querid@s primates les faltó tiempo para saquearla.
Hay que tener mucho cuidado con est@s amig@s porque te lo
quitan todo. L@s lugareñ@s van provist@s de tirachinas para mantenerles a raya.
Otr@s usan palos largos con una cuerda anudada en la punta (menudos latigazos
pegan). Todo vale para que no te roben lo que vendes en tu puesto callejero.
En los templos, donde la gente deposita toda clase de
ofrendas (flores, comida, etc), l@s mon@s se cuelan para robarlas. Por eso,
ahora hay guardas que protegen las entradas.
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