En realidad llevamos algo de retraso en las entradas del
blog, y esto nos pasó hace más de dos semanas.
Este año han coincidido en Indonesia todas las vacaciones:
Día Nacional el 17 de agosto, Idul Fitri (fin del Ramadán) el 18 por la noche,
y la temporada alta para turistas. La coincidencia ha sido nefasta para
nosotrxs; absolutamente todo el mundo se
estaba moviendo el Java (una isla con 124 millones de personas y muy poca
infraestructura). Desplazarse para nosotrxs ha sido prácticamente imposible
entre el 15 de agosto y el 1º de septiembre.
Queríamos ver la celebración del final de Ramadán en el país
con más musulmanes del mundo y ha sido una mala idea.
Nuestro plan era ir de Malang a Solo para extender nuestro
visado. Fue imposible encontrar billetes de tren o autobús directos a Solo, por
lo que no nos quedó más remedio que ir cogiendo autobuses locales de ciudad en
ciudad.
Mientras que en el primer autobús no tuvimos ningún problema,
en el segundo ya nos quisieron cobrar el impuesto revolucionario. Como no somos
tan progres y ya veníamos calentit@s de la experiencia de Probolinggo, nos
bajamos del autobús en el medio de la nada.
Se estaba haciendo de noche y ya estábamos pensando en qué
banco dormir mientras hacíamos autostop cuando un hombre muy educado nos
preguntó: “¿Puedo ayudaros?”. Le contamos nuestra situación y enseguida nos
dijo que él se ocupaba de nosotrxs, aunque en vez de llevarnos a Solo nos
dejaría en Pacitan.
Subimos en el coche que conducía su hijo con su mujer y sus tres
sobrinxs. Nos contó que trabajaba en el departamento de planificación familiar
y empoderamiento de la mujer en Pacitan. La política del gobierno, que Eko defendía,
tenía por objetivo reducir la tasa de natalidad a dos hijxs. Al ser un país
musulmán, los métodos anticonceptivos como el uso del preservativo o la píldora
no son aceptados. Por ello, han llegado a una nueva propuesta: la vasectomía.
Eko estaba radiante pues recientemente el consejo de los ulemas (sabios del
Islam) había dado el visto bueno a esta práctica. Subvencionada por el Estado,
y con un método chino rápido y barato, una vez que los hombres han tenido dos
hijxs se les recomienda someterse al procedimiento. Como decía Eko, “dos son
suficientes”.
En Pacitan nuestro salvador reservó y pagó una habitación
para nosotrxs, y al día siguiente vino a buscarnos por la mañana para llevarnos
a la estación de autobuses. A pesar de ser originario de Malang, conocía a todo
el mundo.
Fue una suerte encontrarnos con él pues en su compañía
aprendimos muchas cosas interesantes y nos echamos unas risas.
Muchas
gracias Eko.
Actually we
are bit late with our posts, and this happened more than two weeks ago.
This year
all the big holidays in Indonesia have taken place around the same dates:
National Day 17 of August, Idul Fitri (end of Ramadan) the night of the 18th,
and the tourist high season. The coincidence proved to be bad for us;
absolutely everyone was on the move in Java (an island with 124 million people
and very little infrastructure). Getting around has been next to impossible
between the 15th of August and the 1st of September.
We wanted
to see the celebrations that take place at the end of Ramadan in the country
with the most Muslims in the world and it has been a bad idea.
Our plan
was to go to from Malang to Solo to extend our visa. It was impossible to find
train tickets or direct buses, so we were forced to take local buses from one
city to another.
On the
first bus we didn’t have problems, but in the second one they tried to charge
us the revolutionary tax. Not being that progressive and still angry after the
experience of Probolinggo, we went out the bus in the middle of nowhere.
It was
getting late and we were already thinking of a place in which we could lay down
and spend the night, with our thumbs up, when a very polite man asked us: “Do
you need help?” We told him our situation and he quickly said to us that he
would take care of everything. The only thing was, that instead of taking us to
Solo, he would take us to Pacitan.
We went on
the car that drove his son with his wife and two nephews and a niece. He told
us that he worked in the department of family planning and women empowerment in
Pacitan. The government policy, that Eko supported, aimed to reduce the
fertility index among women to two children. Being a Muslim country, contra
conception methods like the use of preservatives or the pill are not accepted. Therefore
they’ve found a new proposition: vasectomy. Eko was very happy because recently the
council of ulemas (Islam religious authorities) had approved this new practice.
Subsidized by the state, and with a fast and cheap Chinese method, once a man
had begotten two children they are recommend to undergo the procedure. As Eko
put it, “two are enough”.
In Pacitan
our savior reserved and paid a room for us, and on the next day he came to pick
us up in the morning to take us to the bus station. Despite being from Malang,
he knew everyone.
We were
very lucky to meet him, because in his company we learned a lot of things and
had a very good time.
Thank you
Eko.
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