El Kawah Ijen es uno de los puntos de mayor interés
turístico del este de Java. Se trata de una meseta llena de plantaciones de
café con tres volcanes. El más impresionante es el Kawah Ijen, un volcán activo
del que hoy en día se extrae sulfuro.
Para llegar es recomendable contratar un tour con 4x4 (con
un poco de espíritu aventurero y pocas ganas de gastar es posible alquilar una
moto en Bondowoso) que te deja a 3km del cráter (el resto hay que hacerlo a
pie).
Nosotrxs nos levantamos a las 4am, y después de una hora y
media en el coche pudimos ver el amanecer sobre la meseta.
Media hora más tarde comenzamos el ascenso. A las seis de la
mañana hacía mucho frío y necesitamos usar los abrigos por primera vez en este
viaje. Nada más empezar a subir te encuentras con los trabajadores del Kawah
Ijen. Estos hombres, algunos muy mayores, hacen varios viajes al día cargados
con hasta 60 kilos de azufre. El método de transporte es muy básico: una vara
de bambú con dos canastos en cada extremo. El de pago también: reciben unos
cinco céntimos de euro por cada kilo que bajan. De camino intentan vendernos
pedazos de sulfuro con forma de tortuga; cualquier cosa por sacar un dinero
extra, sobre todo teniendo en cuenta que el dinero de las entradas al parque no
les llega de ninguna manera.
Los tres kilómetros se nos dieron muy bien después de la
caminata en el Gunung Agung. Aun así, el camino es empinado y resbaladizo en
algunas partes.
Cuando llegábamos a la cima una enorme nube de sulfuro nos
dificultaba respirar. Olía a huevos podridos y tuvimos que taparnos con un
pañuelo rápidamente para no ahogarnos. Las vistas eran impresionantes y el
paisaje parecía sacado del Señor de los Anillos. El humo, la tierra yerma, los
árboles quemados y el gran lago de azufre que hay en el cráter eran
sobrecogedores.
Andando por el cráter vimos como los trabajadores tenían que
bajar por un camino de cabras, justo por donde salía todo el humo y por el que
era casi imposible respirar, hasta el lago para coger la mercancía y subir de
nuevo. Junto a los tintoreros de Fez, este el trabajo más inhumano que hemos
visto.
Kawah Ijen
is one of the main touristic spots of Eastern Java. It consists of a plateau
full of coffee plantations with three volcanoes. The most impressive of them
all is Kawah Ijen, an active volcano from which sulphur is still extracted.
To arrive
there is better to take a tour with 4wd (with a little bit of adventurous
spirit and a desire to save money is possible to rent a motorbike in Bondowoso)
that leaves you three kilometres away from the crater (you have to walk up the
rest).
We woke up
at 4am, and after one hour and a half we were able to see the sunrise over the
plateau.
Half an
hour later we started hiking up the crater. At six in the morning it was really
cold and we needed to use our coats for the first time in our trip. As you
start going up you find the workers of Kawah Ijen. These men, some of them very
old, go up and down the volcano a few times a day carrying up to 60 kilos of
sulphur. The transportation method is very basic: A stick of bamboo with two
baskets, one in each side. The payment too: they get around five euro cents for
every kilogram they bring down. On their way they try to sell us pieces of
sulphur with the shape of turtles; anything to get extra money, even more
taking into account that the money from the entry fees to the park doesn’t reach
them in any way whatsoever.
We didn’t
have any problems dealing with the three kilometres after climbing the Gunung
Agung. Nevertheless, the path is still steep and slippery in some parts.
When we
were reaching the Summit a huge cloud of sulphur made breathing quite difficult.
It smelled like rotten eggs and we had to cover ourselves quickly with our
scarves not to drown. The views were impressive and the landscape seemed to
have been taken out The Lord of the Rings. The smoke, the barren earth, the
burnt trees and the huge lake of sulphur that lies on the crater were
astonishing.
Walking
around the crater we could see how the workers had to go down following a very
dangerous path, just from where all the smoke was coming up making breathing
almost impossible, to reach the lake and get the sulphur and go back up. Next
to the tanneries in Fez, this is the most inhuman job we have ever seen.
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