Hong Kong con dinero se parece más a la idea que tenemos de
esta ciudad en el extranjero: rascacielos, gente con pasta, tiendas caras,
gente de negocios…
Esto ha sido posible gracias a la visita de la madre de
Andrea y su padrastro, que han decidido patrocinar dos semanas de nuestro
viaje.
Cuando llegaron al aeropuerto ya llevábamos un día y una
noche esperándoles, y no porque llegaran tarde.
Los hoteles buenos de esta ciudad suben sus precios en
función del tamaño de la habitación, ya sabéis que en China en verdadero lujo
es el espacio.
En la isla de Hong Kong lo que más impresiona es el
contraste entre los rascacielos y la naturaleza salvaje. Un buen sitio para
apreciarlo es el Victoria Peak, al que subimos en autobús y bajamos en tranvía.
Otra cosa que nos gustó mucho hacer fue cruzar en ferry
desde la isla de Hong Kong hasta Kowloon (la parte peninsular) al atardecer.
Después dimos una vuelta por el paseo de las estrellas para disfrutar del espectáculo
de luz y sonido continuado más grande del mundo y que figura en el Libro
Guinness de los Records. Es una mierda con música de intro de videojuego, y no
se diferencia en nada del skyline (que es impresionante). Lo que os queremos
decir es que no hace falta que os tiréis una hora esperando para verlo como
hicimos nosotrxs cuatro.
Hong Kong
with money looks much more like the idea we have of that city abroad:
skyscrapers, people with money, expensive shops, business people…
This has
been possible thanks to the visit of Andrea’s mother and her step father, who
have decided to sponsor two weeks of our trip.
When they
arrived at the airport we had already been waiting a day and a night for
them, and not because they were late.
Good hotels
in this city increase their prices according to the size of the room; you know
that China space is the real luxury.
In Hong
Kong’s island the most impressive thing is the contrast between the skyscrapers
and the wild nature. A great place to appreciate it is Victoria Peak, to which
we went up by bus and down by tram.
Another
thing which we really enjoyed was crossing by ferry from Hong Kong’s island to
Kowloon (the peninsular part) at sunset. After we took a walk around the Stars
Promenade to enjoy the biggest continuous light and sound show that is part of
The Guinness Book of Records. It’s a totally unworthy thing with some music
taken from the intro of a videogame, and it doesn’t change much from the normal
skyline (which is impressive). What we want to say is that it is not necessary
to wait one hour for the start of the show like the four of us did.
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