Cogimos un barco desde Champasak para regresar a nuestra
orilla habitual siguiendo la ruta 13 rumbo a las cuatro mil islas. Como 105km
nos separaban de nuestro destino y no nos gusta madrugar, tardamos dos días en
llegar a Don Khong (la isla más grande del archipiélago).
Durante los descansos que hacíamos siempre se acercaban
niñ@s curios@s a mirarnos desde una distancia prudente.
También apreciamos los matices de la cocina rural laosiana.
Pinchito de saltamontes. |
En este tramo de la carretera los pueblos están a varios kilómetros
hacia el río y es difícil encontrar comida y alojamiento. Aprendida la lección con
la tienda de campaña no impermeable, esta vez acampamos en una caseta con
tejado y paredes.
Al día siguiente llegamos a Hat Xai Khun para coger un barco
a Don Khong. Si Phan Don, el archipiélago de las cuatro mil islas, tiene una
fama que no se merece. Las guías te lo venden como un maravilloso lugar fuera del tiempo, donde se puede ver el
profundo Laos rural. Es exactamente igual que todos los pueblos que hemos visto
desde que salimos de Vientiane. Realmente no hay nada, absolutamente nada que
hacer, excepto comer en uno de sus tres
restaurantes y dormir.
Aparentemente se pueden ver los delfines del Irrawady, una especie
en peligro de extinción, aunque no es fácil. Además, la llegada del turismo
masivo es nociva para estos animales. Los cruceros por el río son muy caros al haber un cartel que los
controla.
No os fieis de las guías, su trabajo es vender sitios.
We took a
boat from Champasak to go back to our favourite shore, and then we continued on
route 13 to the four thousand islands. Because 105km separated us from our
destination and we don’t like getting up early, it took us two days to reach
Don Khong (the biggest island of the archipelago).
During our
breaks, curious kids didn’t stop coming to watch at us, but always from a
reasonable distance.
We also
appreciated the nuances of the Laotian rural cuisine.
In this
part of the road the villages are several kilometres away from the road, close
to the river, and it is difficult to find food and accommodation. Thankfully we
had learnt our lesson with our non-waterproof tent, and this time we camped inside
a hut with roof and walls.
The next
day we arrived to Hat Xai Khun where we caught the boat to Don Khong. Si Phan
Don, the four thousand islands archipelago has a reputation that it doesn’t deserve.
The guides sell it as marvelous out of time place in which you can appreciate
deep rural Laos. The fact is that it is the exact same thing we have been seeing
since we left Vientiane. There is nothing, absolutely nothing to do, except
eating in one of its three restaurants and sleep.
Apparently
it is possible to see the Irrawady dolphins, an endangered species, but it isn’t
easy. Moreover, the arrival of mass tourism doesn’t help the cause in any way
whatsoever. The river cruises are very expensive due to a cartel of boatmen
that controls it.
Don’t trust
the guide books, their job is to sell places.
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