Cualquier guía de Birmania incuye en sus itinerarios la ciudad de Mandalay, y no sabemos porqué. Llegamos con la intención de quedarnos una semana, pero cada vez que lo comentábamos con alguien nos decían que era demasiado. No entendíamos; en la guía salen muchas cosas que ver.
El primer día salimos muy diligentes camino del palacio real. Junto al foso vimos la concentración urbana de palomas más grande del mundo. Aunque no os lo creáis, esto es lo más remarcable de la ciudad. De camino también vimos una vaca atada a la puerta de un templo hinduista.
En el palacio real no había más que unos edificios de madera sin nada dentro; muy decepcionante.
Los templos y monasterios incluidos en la entrada del palacio tampoco son gran cosa, pero os ponemos una foto de uno de ellos con unas monjas pasando.
Decidimos darnos una vuelta en bici por los suburbios a ver si mejoraba nuestra impresión de Mandalay. Descubrimos dos cosas. La primera, que las vacas de Mandalay comen basura. La segunda, cómo se trabaja el oro. En esta ciudad un@ puede asomarse a los distintos talleres de oro, jade y piedra, y ver el proceso de producción. Una de las cosas más interesantes de una ciudad que se coló en las guías por casualidad.
Every guidebook of Myanmar includes in its itineraries the city of Mandalay, and we don't know why. We arrived intending to stay one week, but every time we talked about it with somebody they will tell us that it was too much. We didn't understand; in the guidebook figure plenty of things to do.
The first day we went out to see the royal palace. Next to the moat we saw the biggest urban concentration of pidgeons in the world. Believe it or not , this is the most remarkable thing in the city. On our way we also saw a cow tied up at the entrance of a Hindu temple.
In the royal palace they were only a few buildings made of woodwith nothing inside; very disappointing.
The temples and monasteries included in the palace ticket aren't a big deal, but we put a picture of one of them with nuns passing.
We decided to go for a ride cycling in the outskirts of the city hoping that our impression of Mandalay would be improved. We found out two things. The first one is that the cows in Mandalay eat rubbish. The second one are the gold workshops. In this city you can have a look in the different workshops of gold, jade and stone, and see the production process. One of the most interesting things in a city that ended up in the guidebooks by chance.
MUCHAS FELICIDADES A MI NIÑA QUE ES SU SANTO SANTORUM. OS QUIERE, TU MAMA
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