Imagínate la sorpresa que se llevó el francés de turno al redescubrir
los templos de Angkor en la segunda mitad del siglo XIX. Como no debe ser fácil,
l@s conservador@s del yacimiento han decidido dejar uno de los templos más o
menos como lo encontraron.
Si bien han quitado la maleza, en el Ta Prohm han dejado los
árboles más grandes con sus raíces entre los muros. Esto nos da una idea del
poder de la naturaleza.
Más que para admirar la arquitectura, la visita a este templo
es para sentirse como un/a pequeñ@ aventurer@. Toda una generación entusiasmada
con las películas de Indiana Jones ve sus sueños de juventud realizados. Suponemos
que l@s nacid@s en los noventa estarán content@s al pisar uno de los escenarios
de Tomb Raider.
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