domingo, 30 de septiembre de 2012

Los libros también viajan



Como no podía ser de otra manera, no hemos podido evitar el llevar menos ropa limpia y más libros en la mochila. Luego dirán que el saber no ocupa lugar…

Aquí os contamos un poquito sobre nuestros compañeros de viaje.


Demons, Fyodor Dostoievsky. Aunque Álvaro es docto en la literatura rusa, ésta era  una de mis asignaturas pendientes. Empezar con un libro en inglés de setecientas páginas no ha sido tan malo como suena. En palabras de hoy en día, se trata de un excelente culebrón de la Rusia de la segunda mitad del siglo XIX. Lo que más me ha gustado ha sido la caracterización de los personajes y el trasfondo revolucionario. Lo que menos me ha gustado ha sido la falta de relaciones de verdadera amistad entre lxs protagonistas.


Le père de nos pères, Bernard Werber. Después de su obra maestra, la trilogía de Les Fourmis, no pudimos evitar hacernos con este libro. Especialista en narrar historias paralelas que al final están siempre conectadas, Werber maneja muy bien el suspense. Lo que más nos ha gustado como cuenta una historia desde el punto de vista de un animal, así como las diferentes teorías de la evolución. Lo que menos le ha gustado a Álvaro (yo soy una fanática de este escritor)  ha sido la poca verosimilitud de una de los dos hilos argumentales.


To kill a mockingbird, Harper Lee. Este clásico de los sesenta, del que se hizo una película que estamos deseando ver, es una obra maestra. Es un cuadro de la sociedad sureña (la historia es narrada por una niña de Alabama) del periodo de entreguerras, con la problemática del racismo como trasfondo. Brillante. Tenéis que leerlo.


The White Castle, Orhan Pamuk. No quería darme por vencida después del chasco de Estambul, ciudad y recuerdos. Parece que ha sido una buena idea darle una segunda oportunidad al premio Nobel turco. Su primera novela, un librito, narra la vida de un esclavo italiano en Estambul que desarrolla una relación muy particular con su amo. Hace una reflexión interesante sobre el yo y el otro, que sin embargo no termina de completar. Es una pena.


Burmese days, George Orwell.  Como el origen de este largo viaje está en mis ganas de ir a Birmania, el libro de Orwell no podía faltar en la mochila. Se trata de un magnifico retrato de la época y la mentalidad coloniales. Lo que no le ha gustado a Álvaro ha  sido que la historia es un poco floja. Sin embargo, es muy útil para hacerse una idea de lo que fue Birmania en el periodo de entreguerras.

Porque leer también es viajar, ¡no dejéis de leer en casa!

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