sábado, 30 de junio de 2012

Aterrizando en Tailandia


Desde Anuradhapura cogimos un tren nocturno a Colombo para por fin abandonar la isla de l@s mon@s. Una cabina privada con dos camas, lavabo, y baño compartido con otra cabina nos costó 9€ (los dos billetes). 

Después de cinco horitas regresamos a Colombo, el punto de partida, donde rápidamente cogimos un autobús hacia el aeropuerto internacional.

Con una compañía de bajo coste el vuelo Colombo-Bangkok nos costó 43€ a cada un@. En tres horas estábamos aterrizando en Tailandia, dónde pasaremos las próximas semanas.

Un festín de bienvenida.

La sorpresa fue enorme al encontrarnos un aeropuerto modernísimo (le da mil vueltas a la T4 de Barajas) y un futurista Sky train que te dejaba en el centro de la ciudad en media hora. 

También la capital tailandesa es sorprendentemente moderna. Llena de rascacielos y con calles de cinco carriles en cada sentido, Bangkok está repleta de pantallas planas gigantes y centros comerciales. 

Welcome to Thailand!

Por el río, camino del hotel.


viernes, 29 de junio de 2012

Sri Lanka, la isla de l@s mon@s


En Sri Lanka desayunan curry de pescado y se levantan sudadxs todas las mañanas. Hace mucho calor. Todo es selva, salvo las carreteras (que son pocas y muchas más bien parecen caminos que "autopistas", así las llaman, sí). 

La comida pica, mucho, y está buenísima. Uno de los platos típicos es el pollo "endiablado" (devilled chicken), que nos encantó. Las raciones son más que abundantes: con un plato de arroz frito con verduras y pollo comíamos lxs dos (y ya sabéis que somos de buen comer).

La gente es amable, muy amable. Te miran fijamente, como en casi todos los países no occidentales, pero no te miran mal. Sólo te miran muy fijamente mientras te sonríen. Bastantes personas hablan inglés, aunque sea a un nivel muy básico. 

Viajar por Sri Lanka es muy fácil, aunque no hay demasiadas opciones de alojamiento y comida. 

Y luego están l@s mon@s. Están por todas partes y son muy chistosos. Eso si, de lejos. Cuando están cerca te roban la comida, o cualquier cosa que pillen.

Monkeys con su botín.

Una vez vimos cómo le robaban a un tío la cazadora   y el mono chorizo se la llevaba a lo más alto del árbol más alto. Solamente puedes sentarte y esperar a que el mono te la quiera devolver, o simplemente se aburra de ella. No nos quedamos a ver el desenlace, pero la cazadora se quedó probablemente en la copa del árbol.

Familia monkey.

Si quieren espantarte te enseñan los dientes, y la verdad es que lo consiguen. Joder que si lo consiguen. Tienen unos colmillos enormes, y muchas enfermedades que contagiarte.

Mono bostezando.

Aún así, nos encantan l@s mon@s, y esta entrada va para ell@s.



El señor mono.

Monkeys, monkeys everywhere,

jueves, 28 de junio de 2012

Pedaleando en Anuradhapura


En Sri Lanka hemos jugado a viajar en el tiempo. Desde la capital más reciente, Colombo, hemos ido retrocediendo por Kandy, Polonnaruwa, para llegar al principio: Anuradhapura.

4 estupas.

Así nos encontramos en la capital más antigua de la isla que data del siglo IV a.C. Además pudimos reencontrarnos con nuestra forma preferida de transporte: la bicicleta. Esta es sin duda la mejor forma de visitar la antigua ciudad, pues sus restos están muy esparcidos en un área de más de diez kilómetros cuadrados.

5 estupas.

Aquí se encuentra el Sagrado Bodhi un árbol nacido de un esquejo tomado del árbol bajo el que Buda alcanzó la iluminación, y que es el más antiguo documentado históricamente. Eso nos dio que pensar: si este árbol es de un esqueje del árbol original que se encuentra en el Norte de la India, ¿cómo es posible que el esqueje sea más viejo que la madre? Suponemos que Buda tiene la respuesta. De todas formas, como tenemos intención de pasar a ver el Bodhi original ya os diremos cual parece más viejuno.


El árbol más viejo.

Con esta pregunta rondándonos la cabeza pedaleamos entre los estanques, los arrozales, y el lago de la ciudad.

Arroz, mucho arroz.

Quisimos visitar después el antiguo palacio de Anuradhapura. Cuando llegamos solo quedaban mil seiscientas columnas. Y nada más. Sin embargo, la decepción no fue tan grande por l@s divertid@s mon@s de los alrededores. 

El "palacio".

Hay muchas más cosas que ver pero tendréis que descubrirlas por vostrxs mismxs o quedando con nosotrxs y viendo todas las fotos a nuestro regreso.



Biciclismo :)

miércoles, 27 de junio de 2012

Polonnaruwa, no te la pierdas


Polonnaruwa fue, después de Anuradhapura, la capital del reino cingalés de Sri Lanka. Debido al constante acoso de la dinastía hinduista Chola del sur de la India, los cingalés budistas de Anuradhapura  movieron su capital y con ella la Sagrada Reliquia del Diente de Buda a finales del siglo XI.

Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el yacimiento arqueológico de Polonnaruwa es el que mejor permite al visitante tener una visión de conjunto de la antigua civilización cingalesa. A lo largo de más de más de 3km plagados de monos se pueden visitar los restos de antiguos monasterios, templos, palacios, estanques, dagobas, etc.

La foto que nos hizo Jana.


El famoso "cuadrángulo" alberga los restos más interesantes del yacimiento. Además de la inscripción en piedra más larga encontrada en Sri Lanka (mide más de ocho metros), está el antiguo templo de la Sagrada Reliquia del Diente de Buda. Junto a esto está un gedige (templo budista vacío de paredes muy gruesas), el único edificio que conserva su tejado original.

El templo de la Sagrada Reliquia del Diente de Buda.

Un templo del cuadrángulo.


A lo largo del yacimiento hay numerosas estupas que destacan por su impresionante tamaño. Es interesante señalar lo sencilla que es su técnica constructiva: por dentro están llenas de tierra.

Una estupa.

Dos estupas.

Tres estupas.
Las estatuas gigantes de Buda también son muy bonitas respresentándolo en diferentes posturas. Pudimos compartirlo con Jana, una doctora checa que trabaja en una ONG en Pakistán y que conocimos en el yacimiento. ¡Esperamos poder encontrarnos con ella on the road próximamente!

Buda en la postura de nirvana.

La visita puede durar entre tres y seis horas, dependiendo de las ganas que tengas de verlo todo. Como señalan las guías es una faena que la entrada (de 25 dolares, precio para guiris) solo valga para un día, pues la visita sería mucho más agradable en dos o tres.

sábado, 23 de junio de 2012

Sigiriya, la roca del león


Sigiriya, en cingalés "la roca del león", toma su nombre del que en tiempos estuvo guardando sus puertas en la parte alta del yacimiento. Ahora solo sus garras dan fe de su antigua grandeza.

Las garras del león.

Visitar Sigiriya requiere estar en buena forma; el ascenso puede llevar unas dos horas. Gran parte del sitio arqueológico se encuentra en lo alto de una roca gigante formada a partir de la lava de un volcán hace muuuuchos años.

Según entramos al  yacimiento. Hubo que subir a lo alto de la roca, cansado,
 muy cansado.
Cuenta la leyenda que era un antiguo palacio, a pesar de que las evidencias arqueológicas avalan la teoría de que en el lugar se encontraba un monasterio. 

Según se franquea la entrada, llena de monos (como toda la isla), se pueden apreciar los restos de antiguos estanques y canalizaciones que antiguamente dieron vida a unos esplendidos jardines. 

Después sólo hay que subir. No apto para personas con vértigo.

A mitad de camino en la pared de la roca están los frescos más maravillosos de toda Sri Lanka. Representaciones de mujeres que se cree que eran ninfas o diosas han quitado el aliento a lxs visitantes desde hace más de mil años. Es lo que más nos ha gustado en la lágrima de la India.

Detalle de uno de los frescos.

Seguimos subiendo mientras los locales no dejaban de hacernos fotos para luego enseñárnoslas con toda naturalidad. No se cortaban nada y lo hacían muy alegremente.

Llegamos entonces al tramo final de escaleras entre las garras del león. Por fin alcanzamos la cima cuyas vistas recompensaron el esfuerzo.

En la cima.

Preciosas vistas.

Dambulla, la carretera hecha ciudad


Dambulla es una "ciudad" al pie de la Autopista 9, entre Kandy y Habarana. Lo que llaman aquí autopista es una carretera que no llega a regional en España, con un carril muy grande que se utiliza como dos (uno en cada sentido), y un arcén lleno de personas, vacas, perros, monos, gatos, puestos de lotería, de comida, de cosas inútiles varias, y todo tipo de vehículos aparcados. Por esta autopista pasan miles de camiones, autobuses, tuk tuks, motos, bicicletas, porteadores, peatones... entre los badenes y los socavones. Circular por Sri Lanka da mucho miedo. 

Pero volviendo a Dambulla, su atracción estrella es el templo excavado en la roca, al que se accede por unas escaleras junto al Templo Dorado (hortera, muy hortera), famoso por sus frescos.

Entrada al Templo Dorado.

Cuando la historia que un rey de Anuradhapura, acosado por las invasiones de los indios del sur, se refugió allí, y que, al recuperar su trono, como agradecimiento, mandó construir dicho templo hace más de dos mil años.

El ascenso hasta el templo, que cuenta con la cueva-templo más grande de Sri Lanka con 2100 metros cuadrados de frescos, se realiza por unas escaleras con vendedores de helados, agua fría, imanes y postales apostados a los lados.

Cueva 2.

Si vais allí no olvidéis comprar las entradas antes de subir, arriba no hay taquilla. De hecho, en este país tienen la manía de poner las taquillas muy lejos de los accesos a los sitios.

También por el camino te acompañan los monos, monos ladrones que roban a lxs visitantes las ofrendas florales para comérselas. Suerte que nosotrxs no íbamos a ofrecer nada. 

Una vez en la cumbre, las vistas son excepcionales: jungla, budas enormes y montañas. 

Las vistas desde el templo.

El templo consta de 5 cuevas repletas de estatuas de Buda en diferentes posiciones, dagobas (esas estructuras con forma de campana), mesas de ofrendas y frescos en paredes y techos. Una vez dentro, es muy impresionante. Os dejamos unas fotos para que nos digáis qué os parece.

Álvaro fascinado. Cueva 2, la mayor de todas.
Cueva 2.
Cueva 5.

jueves, 21 de junio de 2012

El monasterio de Aluvihara


El monasterio de Aluvihara está a medio camino entre Kandy y Dambulla. Excavado en la roca, este monasterio budista es famoso por sus frescos. Las salas se hicieron en rocas que se habían desprendido de montañas mayores. 

Se pueden encontrar numerosos budas en diferentes posturas (tumbado/nirvana, sentado/meditación, etc), y los techos están ricamente decorados. 

Ofrendas para el Buda.

Andrea meditando.

Pero lo que más nos llamó la atención fueron unos frescos con escenas del infierno que no tienen nada que envidiarle en imaginación al Bosco, salvo por el colorido. 

Alvaro a la entrada de una de las cuevas.

El infierno budista.

La visita permite ascender a una dagoba/estupa desde la cual las vistas son maravillosas. 

Lo del fondo que brilla es un Buda gigante.

Las vistas. La jungla.

miércoles, 20 de junio de 2012

Kandy Kandy


Nuestra segunda parada en Sri Lanka ha sido en Kandy. Esta ciudad está a poco más de 100km de la capital. Sin embargo, es imposible recorrer esta distancia en menos de tres horas, ya sea en autobús o en el tren express. Nosotrxs escogimos el tren, 2€ en primera clase, todo un derroche.

Vistas desde el tren.

El alojamiento seguía siendo sorprendentemente barato a pesar de que Kandy es uno de los lugares más concurridos de la isla por tener el Templo de la Reliquia del Diente Sagrado. El diente, que no puede verse, perteneció supuestamente a Buda. 

El diente de Buda vivió numerosas aventuras antes de instalarse en Kandy. Traído por los cingaleses del norte de la India, el diente estuvo primero en las antiguas ciudades de Anuradhapura y Polonnaruwa. Pero debido a las numerosas invasiones de los indios del sur a la isla, fue trasladado finalmente a Kandy, no sin antes haber sido robado por los portugueses (que resulta que no se llevaron el original). 

En Sri Lanka esta reliquia es muy importante por proporcionar soberanía al poseedor de la misma. Es además un símbolo del poder dentro del país. 

El templo. Si os fijáis se ven los monos.

El templo es un timo, sólo merecen la pena los monos que se pasean por ahí. La entrada es exagerada, especialmente comparada con el nivel de vida. Pero aquí hay un precio de las entradas para nacionales, y otro para lxs extranjerxs. 

Una vez entras el templo no vale nada, y encima te quedas sin ver el diente. Aunque con la entrada te regalan un CD muy mono.

No obstante, la ciudad es muy agradable, y el conjunto de templos alrededor del gran timo del diente, y un par de monasterios de monjes budistas merecen la pena.

El lago.


Pero sobre todo Kandy es famosa por el lago artificial construido por orden de un antiguo monarca. Además, es posible ver muchos y muy variados animales en la ciudad: monos, lagartos, pájaros y muchos, muchos mosquitos.

Parecen muy buenos, pero si te descuidas te roban todo.


Colombo, nuestro encuentro con el Índico


A las seis de la mañana, hora local, aterrizamos en Colombo, la capital de Sri Lanka. En el duty free vendían toda clase de electrodomésicos, aunque lo que más nos llamó la atención fue la variedad de lavadoras y neveras. 

Salimos del aeropuerto y el calor fue como una bofetada en la cara. Al minuto estábamos chorreando de sudor, con la ropa pegada al cuerpo y una cara de "no me entero de nada" impresionante. 

Llegar al centro resultó mucho más fácil de lo que esperábamos. Pequeño detalle, aquí conducen por la izquierda, herencia british. 

En seguida encontramos una habitación doble en el distrito céntrico de Pettah por 1000 Rs la noche (unos 6€, 1000pts). El primer día nos lo pasamos durmiendo bajo la mosquitera.

Al día siguiente visitamos la ciudad. En general nos decepcionó bastante, sobre todo el "Fuerte". Después de dar un paseo junto al Océano Índico, descubrimos el único lugar que nos gustó de Colombo: el lago Beira y el templo budista Seema Malakaya. 

El Océano Índico.

El lago y el templo de los que hablamos.

Tras nuestro primer encuentro con el Índico, también tuvimos nuestra primera cita con la comida srilankesa. Todo un lujo después de tanto kebab turko. 

Álvaro feliz y contento.

De vuelta al hotel tras visitar otro templo budista cuya mascota era un joven elefante de diez años, conocimos la lluvia intensa de estas latitudes. Llovió un cuarto de hora, pero como si lo fueran a prohibir: lo que se dice una ducha.

Buda del templo Gangaramaya.

Si vais a Sri Lanka podéis saltaros Colombo perfectamente, o dedicarle media día como mucho. La ciudad es tremendamente caótica, ruidosa, llena de malos humos y meca del dengue. 

martes, 19 de junio de 2012

Saliendo de Turquía


No teníamos muy claro si íbamos a poder abandonar el país. Debido a unos problemillas burocráticos nos encontrábamos en situación de ilegalidad desde hacía más de un mes. 

No se puede decir que no lo intentamos, pero obtener el permiso de residencia en Turquía es como vivir El proceso de F.Kafka. Fuimos a la oficina de extranjería, nadie hablaba inglés. En un edificio cuadrado siempre nos dirigían hacia la derecha: dimos tres vueltas. Todo era caos, pero para no hacerlo pesado, os diremos que no lo conseguimos. 

40 días después teníamos que partir. No sabíamos qué iba a pasar. Miedo. 

Cuando llegamos al control de pasaportes nos llevaron inmediatamente a una salita. Miedo.

Miraron muchos papeles para decir al final: o pagáis 100euros cada un@ o no podréis regresar en cinco años. Nos miramos, no money my friend, en turco "para yok". 

Sí, no podemos volver a Turquía. Sin embargo, con ir a una embajada y pagarlo podremos volver cuando queramos. 

Prueba superada.

Cogimos el avión a Dubai. Miedo. 

El vuelo fue de maravilla. Desembarcamos y oímos el melodioso sonido del árabe. Entendíamos lo que decían después de cuatro meses entendiendo de la misa la media. 

Cinco horas en la terminal. Miedo.

Éramos lxs únicxs occidentales oyendo de nuevo la llamada a la oración que nos es tan familiar. Por la megafonía del aeropuerto. Salvo algunas excepciones, TODAS las mujeres vestían burka (de los que tapan también los ojos) y guantes negros. Los hombres llevaban barbas larguísimas y chilabas blancas. 

No queremos vivir en los Emiratos Árabes Unidos.

Próxima estación Colombo, Sri Lanka.

Good bye Istanbul


El fin de semana del 9 de junio lo dedicamos a las despedidas. El viernes Andrea cenó con sus amigas americanas Kelsey y Christina (con la que esperamos encontrarnos en Vietnam). El sábado cenamos también con Kelsey, además de Vincent, Barbara y Francesca. Estas personas nos han acompañado durante nuestra estancia en Estambul, haciéndola mucho más agradable y llevadera. Vincent con sus crêpes, Francesca con sus risotti, y Kelsey con sus tartas americanas. Pero no todo ha sido comer. Su compañía ha sido nuestra alegría.

Barbara y Vincent.

En la terraza con Kelsey.

Nuestra última noche tuvimos el lujo de cenar con Kemal Kirisçi, un profesor de Álvaro, su hija (que está aprendiendo castellano) y su teaching assistant, en el Club Social de Galatasaray (el equipo de fútbol que ha ganado la liga esta temporada). 

Cuando volvimos a casa nos esperaba Eren con Ismail para despedirnos. Después de muchos abrazos por fin dijimos "Adiós" a nuestro querido compañero de piso y a las vistas desde nuestra ventana.

Última charla en la cocina con Eren e Ismail.

Ha sido un placer.

La torre Galata y la Mezquita de Suleyman.